El panorama de las tesorerías digitales ha evolucionado drásticamente en los últimos meses. Lo que una vez fue un espacio dominado casi exclusivamente por Bitcoin (BTC), ahora se ha transformado en una verdadera combinación de múltiples activos. Las tesorerías corporativas y de protocolo están diversificando sus reservas, reflejando una creciente confianza en otros activos digitales.
La diversificación en acción
Ethereum (ETH) fue el primer activo en ganar una participación significativa en las tesorerías, consolidándose como la segunda opción más popular después de Bitcoin.
Solana (SOL) se ha convertido en la criptomoneda de mayor crecimiento en este sector. Su rápido ascenso demuestra que las empresas están dispuestas a adoptar activos que ofrecen velocidad y escalabilidad.
El capital de riesgo también está filtrándose en activos más arriesgados y con un gran potencial de crecimiento, como HYPE, TAO y DOGE.
A pesar de la diversificación, Bitcoin sigue siendo el líder indiscutible, con aproximadamente 115 tesorerías que lo incluyen en sus balances. Sin embargo, la brecha se está cerrando: Ethereum ya se acerca a las 70 tesorerías, y Solana sigue su ritmo de crecimiento.
En resumen, la estrategia de las tesorerías está comenzando a reflejar las carteras de los inversores individuales. Primero, se invierte en los activos principales (BTC, ETH), y luego se diversifica en la curva de riesgo, incluyendo activos con potencial de crecimiento a cambio de una mayor volatilidad.
